Uso de PLC en sistemas Automatizados
Para entender el tema debemos comprender que es un PLC, el cual es (siglas en inglés de Programmable Logic Controller, o en español, Controlador Lógico Programable) es una computadora industrial especializada diseñada para automatizar procesos electromecánicos, electroneumáticos o electrohidráulicos en entornos industriales
¿Qué hace un PLC?
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Entradas: recibe señales de sensores, botones, interruptores, etc.
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Procesamiento: su CPU ejecuta un programa pregrabado —frecuentemente en lenguajes como Ladder o texto estructurado— interpretando la lógica del sistema
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Salidas: envía señales a actuadores —motores, válvulas, alarmas, etc.— para realizar tareas como mover productos, encender equipos o activar sistemas de seguridad
Un PLC es el “cerebro” de la automatización industrial, una computadora sólida, programable y capaz de procesar y ejecutar lógicas de control en tiempo real, garantizando eficiencia, seguridad y flexibilidad en los procesos industriales. El uso de PLC (Controladores Lógicos Programables) en sistemas automatizados es fundamental en prácticamente todos los sectores industriales.
Rol de un PLC en sistemas automatizados Industriales
Rol del PLC (Controlador Lógico Programable) en la automatización industrial es central y estratégico. Actúa como el cerebro del sistema automatizado, permitiendo que las máquinas y procesos industriales funcionen de manera eficiente, precisa, segura y flexible.
Un Controlador Lógico Programable (PLC) es un dispositivo electrónico esencial en la automatización industrial. Aunque a primera vista puede parecer una simple caja de control, en realidad actúa como un cerebro digital que permite que los procesos industriales se realicen de forma precisa, continua y segura. Su tarea principal es observar lo que ocurre en un proceso (por ejemplo, en una línea de producción), tomar decisiones lógicas basadas en un programa interno, y luego actuar sobre los dispositivos que ejecutan esas decisiones.
A diferencia de los sistemas manuales o electromecánicos, los PLCs son totalmente programables, lo que significa que sus funciones pueden adaptarse fácilmente a nuevas necesidades de producción sin necesidad de modificar físicamente el sistema. Esto representa una gran ventaja para las industrias, ya que mejora la flexibilidad operativa y reduce el tiempo de inactividad.
Los PLCs operan bajo un ciclo repetitivo muy rápido, conocido como ciclo de escaneo, que puede durar solo unos pocos milisegundos. En este ciclo, el PLC primero lee las señales de los dispositivos de entrada (como sensores de temperatura, botones, detectores de nivel o presión), luego ejecuta el programa lógico donde se definen las acciones que deben tomarse, y finalmente actualiza las salidas (como motores, válvulas o alarmas) en función de esa lógica. Este proceso se repite de forma constante mientras el sistema esté encendido, lo que permite mantener el control total sobre los procesos industriales en tiempo real.
Una característica fundamental de los PLCs es su robustez. Están diseñados para operar en entornos industriales adversos, soportando condiciones de temperatura extrema, polvo, vibraciones y humedad. Además, su capacidad de detectar fallas y generar alarmas permite una respuesta rápida ante cualquier desviación, mejorando la seguridad y la confiabilidad operativa.
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